EL ENIGMA DE LAS BELLAS DURMIENTES

No es raro que alguna mujer hermosa de entre 35 y 50 años se arremoline en el sillón de enfrente del mío en la consulta para relatarme unos hechos que desde hace un cierto tiempo me preocupan y me hacen pensar. Normalmente son mujeres que cumplen un  tipo de perfil, inteligentes, con formación, atractivas, sensibles y con independencia económica. Suelen ser mujeres con cierto grado de excelencia, trabajan, son resolutivas y pueden estar separadas, divorciadas y en algunos casos, solteras o casadas. No suelen ser consultas de terapia sencillas, ni fáciles, ni cortas debido a que son mujeres que sufren con aflicción el miedo a que nadie las quiera.

De todas esas consultas realizadas a lo largo de estos años, he podido aprender nuevas maneras de arruinarse completamente la vida a través de la mala elección del amor y estamos aquí para compartir ese conocimiento que nos permita caer en la desesperanza más absoluta cuando todo aparenta ir bien.

No soy mujer, y eso seguramente me descalifica un poco para escribir sobre este tema pero como psicólogo estoy habituado a observar de qué manera las personas conseguimos irritarnos a nosotras mismas. Este es un post escrito principalmente para ellas, aunque es seguro que algunos de ellos también lo sufren, lo que ocurre es que, en estos años, son muchas más las chicas que he atendido aquejadas por esta redundante situación.

Debo hacer una consideración importante, a modo de desagravio, cualquier persona puede enamorarse y cuando ello sucede, el mundo se mueve bajo sus pies. Este artículo no es tanto para enamorados como para aquellas personas que sufren de un amor no plenamente correspondido.

Lo que quiero es determinar, para que sepáis de qué hablo, las rocambolescas estrategias que denomino como Síndrome de la Bella Durmiente, y a continuación describiré la manera de usarlas eficientemente para convertir la propia vida en un vía crucis emocional a poco que se perfeccionen las habilidades que propongo.

Una Bella Durmiente es una persona que, siendo válida, bella, con independencia económica y cierto estatus, se lía con un personaje que no se compromete como ella desea. Se complica con una especie de rufián que, ocupado en lo suyo, siembra de minas el camino del amor.

No es problema de ellos aparentemente, y si lo es, no es el objeto de este artículo. Esta vez reflexiono sobre lo que les pasa a las Bellas Durmientes, y cómo logran angustiarse.

Una cosa curiosa que le sucede a la Durmiente es que se enfada en una situación en la que parece que no puede enfadarse, puesto que su supuesto Príncipe ha avisado de las reglas del juego. El Príncipe se encoge de hombros cuando la Bella se consume en su propia bilis, nuestra heroína debe aceptar, callar y aguantar puesto que su partenaire ya avisó que no quiere ningún compromiso real.

En el libro “El psicoanálisis de los Cuentos de Hadas”, Bruno Bettleheim hace referencia al cuento de Bella Durmiente como una analogía de la fase de transición de la adolescencia a la vida adulta. Esto me ha hecho pensar en lo duro que es el hecho de dejar atrás los miedos de la infancia. Lo terrible que es darse cuenta de que los padres ya no estarán detrás de ti y, sobre todo, con el hecho de madurar o envejecer sexualmente.

En mi interés centrado en garantizar una vida detestable, propongo que leas con atención las cosas que voy a mencionar, perfeccionar las propuestas que leerás más adelante son la verdadera autopista hacia el infierno.

No es un tema baladí, este del amor, este de hacerte mayor, este de madurar sexualmente y este de dejar atrás los miedos de la infancia. En definitiva, este asunto del miedo a quedarte sola.

En el cuento maravilloso de La Bella Durmiente, como todos sabéis, la Bella recibe el maleficio que la conmina a permanecer dormida hasta que llegue el beso del Príncipe Azul. ¿Y sabes por qué el Príncipe es azul? Porque siempre se halla en el horizonte. Todas las cosas, cuando oteas el horizonte cobran un tono azulino. Así es la pareja de nuestras queridas Bellas, siempre se escapa cuando vas a por él. Nunca viene ese maldito. Cada vez me convenzo más que ese Príncipe es peor que una rata de dos patas, como dice la canción.

La paradoja está servida, si el Príncipe siempre se aleja, la preciosa Princesa, ya puede esperar dormida. Y si espera dormida, se nos antoja que su vida se escapa como el agua en un cesto de mimbre. Quiero decir que el camino dorado hacia una vejez resentida, si es que quieres ser una Bella Durmiente, es esperar sin remedio a que tu media naranja (en realidad limón entero) tome el camino que deseas.

Así pues, si más dilación voy a describir el decálogo para convertirte en una perfecta Bella Durmiente, y así, padecer el amor con la alegría de la persona que va a su propia crucifixión. Debes saber que basta cumplir algunos de estos requisitos sueltos para navegar en el océano de la desesperación si te aplicas suficientemente:

  1. Si estás tranquila y sin pareja, actívate a buscar una persona en alguna aplicación a tal fin. El punto capital si quieres una relación avinagrada, es buscar a alguien interesado solamente en mantener relaciones sexuales. De esta manera labras una gran infelicidad mientras esperas que tu Príncipe de la cama pase a ser el futuro papá de tus hijos.
  2. Enamórate y desea fervientemente una relación con alguien que ya tenga pareja. Si bien es cierto que, de alguna manera, suele ocurrir que las parejas se inicien cuando aún no se ha roto una pareja anterior, cuando ya llevas un tiempo esperando que la otra persona abandone a su pareja o familia, debes esforzarte aún más en estrellarte en el muro de la desolación y seguir esperando a que el otro se decida a hacer lo que te gustaría.
  3. Elige a ser posible un “partenaire” que tenga muchas dudas, es decir, para sumirte en el peor de los mundos del amor has de enlazarte a alguien que tiene que pensar, que mantiene el amor con su expareja o mejor aún, alguien que diga que está separado pero convive con su ex.
  4. Si tienes a un sujeto de este calibre cerca, una buena manera de perfeccionar la desesperación es la de sermonearlo y controlar sus movimientos, es un comportamiento ideal para que el Príncipe se aleje aún más y sólo vuelva cuando le apetece.
  5. Otro camino dorado al infierno de este amor es estar siempre disponible para nuestro Príncipe, dejar tu propia vida y mantenerse a la espera de las demandas del amante parece garantizar la verdadera aflicción.
  6. Dedica un gran porcentaje de tu tiempo en comentar tu desesperación con todo el que pueda escucharte. Recibir consejos por todos los flancos de personas que aun queriéndote, no te entienden, suele ser una excelente manera de mantener la angustia en constante ebullición.
  7. A pesar de sentir rabia por una situación alimentada por las acciones del Príncipe, modera tus emociones y muéstrate afable puesto que no puedes cabrearte. El hecho de que el otro anunció que no quería compromiso debería disipar el efecto que sus acciones y comportamientos hacen en ti. Por lo tanto, sentirse idiota por enfadarte cuando teóricamente no deberías es la receta mágica de la verdadera desdicha.
  8. Autoriza a tu Príncipe a faltarte al respeto, déjate descalificar, y si puedes, déjale dinero con la esperanza de que eso lo ate a tu esencia cristalina. Cuando no lo devuelva o te pida más, sentirás de una manera exitosa como el cianuro corroe tu bienestar.
  9. Otra manera genial de caer por la vaguada de la depresión es tomar como indicadores de compromiso el hecho de que te inviten a fiestas señaladas, Navidad, cumpleaños de la abuela, etc. Pretender que tu Azul, se dé cuenta de lo importante que es eso, cuando siempre ha dado muestras de inmadurez, certifica que eres una Bella Durmiente nivel Dios.
  10. Fabular e imaginar lo bien que tu Príncipe se llevará con tus hijos de anteriores relaciones y desear reconstituir una familia en la que él se halle bien encajado mientras él no muestra el mínimo interés, resultará ser la obra maestra de la desgracia y te llevará a culminar con un lazo de hiel el autoregalo que te brindas.

Una vez te pones a enumerar un decálogo, la mera observación de la vida te lleva a encontrar muchas más maneras en las que la gente bella se adormece. Mis humildes aportaciones para construir la propia prisión emocional, no son más que aproximaciones a la realidad. Sé de buena tinta que, de los Príncipes Azules, como de las drogas, se sale. Se sale tocada, se sale herida, pero se resurge y quiero pensar que ese renacer te hará más fuerte.

Pienso en esas mujeres que, arremolinadas en la butaca de mi consulta, sufren olvidando que la verdadera libertad se halla en aceptar la prisión de la capacidad de vivir solas.

Related Posts
Showing 3 comments
  • Aimee

    Ovaciones de pie ??

  • Ampai

    Muy grande Víctor!!
    Nos quieren bellas y durmientes pero ni una ni otra.
    ??

  • Anna Campiñez

    Bravo, bravísimo. Tan cierto…

Leave a Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.