EL TAO DEL KING

Ya hace demasiados años, en mi opinión, que leí y volví a leer a muchos de los filósofos orientales que han proporcionado inspiración y sabiduría a lo largo de la historia. Buscando conocimientos que me permitieran ser artista marcial, devoraba con ahínco todo cuanto caía en mis manos.  Muchos de estos escritos, como por ejemplo el Gorin No Sho de Musashi o el Arte de la Guerra de Sun Tzu resultaban crípticos para un adolescente, pero ninguno resultaba tan poético y misterioso como el Tao Te King escrito por Lao Tse en el Siglo VI antes de Cristo. Escrito en un formato aforístico, el Tao Te King desvelaba conocimientos que me hacían soñar. Como la persona que me lee seguramente sospecha, amo escribir sobre este tipo de cosas de modo que voy a intentar traducir el encriptado conocimiento de Tao Te King al lenguaje de la vida moderna, al lenguaje de las personas de a pie. Por supuesto, esta propuesta se trata de una interpretación interesada, retorcida hasta el punto de darle la forma que deseo, traicionando, sin duda, al verdadero espíritu de Lao Tse original.

El Rey al que menciono en el título, no es Elvis, no es Messi, ni siquiera una Reina maravillosa como la poetisa polaca Wislawa Szymborska. Me refiero a una persona de a pie que alcance la comprensión del Tao. Quién atisba ese camino podría considerarse un verdadero Rey o Reina de la filosofía a condición de que lleve ese darse cuenta a los oscuros callejones de la vida cotidiana. El reto está servido, de modo que podemos leer el presente artículo y sonreír como quien lee un artículo de la revista ¡Hola! mientras deslizamos nuestra mirada frente al devenir de las palabras, o bien podemos saborear estos juiciosos asertos con profundidad abisal y reflexiva. Presentar un retal de la filosofía China para ponerlo al alcance de cualquiera debería ser una misión regia, así que me dispongo a compartir con la persona que me lee, una chispa de luz con la que facilitar el tránsito por este valle de lágrimas llamado existencia.

El reto del día: ¿Es posible traducir un oscuro conocimiento oriental al lenguaje de la calle?

He realizado una selección de algunos de los aforismos y citas que me han llamado la atención, quizás por ser menos obvias, o tal vez porque pueden ser vistas desde un punto de vista un poco más transgresor. Son frases que me inspiran en el trabajo de todos los días, me han ayudado en mi devenir como terapeuta y tal vez puedan inspirar al lector en cualquiera que sea su anhelo.

Frasaca 1: El que camina a grandes zancadas no irá muy lejos.

Hace 25 años que me dedico a la Terapia Breve y uno de los aprendizajes más claros que he obtenido es el de que no hay que correr para ser breves. Muchas personas, cada noche, hacen propósitos de cambio que son tan grandes, que nunca pueden llevarlos a cabo. “Mañana haré dieta, correré, me pondré al día con el trabajo, seré más amoroso con la gente que quiero, etc.” La experiencia me ha enseñado que un pequeño cambio al día es mejor que hallarse varado en el puerto de la acción porque los proyectos grandiosos te impiden zarpar.

Frasaca 2: Si eres flexible te mantendrás recto.

Mi pasado como luchador profesional me mostró que se puede ser suave para ser duro. Paradójicamente, aceptar que estás mal, te permite estar mejor. Dar la razón al otro facilita que el otro pueda dártela a ti. De este modo, si te permites reaccionar de manera diferente frente a algunas de las dificultades cotidianas, puedes empezar a controlarlas mejor. Por ejemplo, dar reconocimiento en lugar de actuar es buena manera de lograr que las cosas cambien, o dejar de luchar contra el dolor, nos permite en no pocas ocasiones a sobrellevarlo mejor. El arte de la guerra dice que “Sólo el fuerte muestra la debilidad”.

Frasaca 3: Hablar demasiado se vuelve insoportable para los demás.

No es raro que el hecho de hablar siempre de lo que nos pasa, aumente nuestro propio malestar. A quienes les ocurre esto, les parece, al principio, un alivio. Al poco tiempo, no obstante, lo habitual es que tengan la sensación de que su problema les abruma aún más. Si es así, probablemente están hablando demasiado sobre ello. Cuando compartimos lo que nos ocurre en exceso, la gente tiende a darnos consejos bien intencionados que conllevan el mensaje implícito de que somos incapaces de superar los problemas por nuestra cuenta. O peor aún, simplemente desean que dejemos de quejarnos para que ellos puedan estar más tranquilos.

Frasaca 4: El conocimiento es un tesoro, pero es la práctica la que lo hace valioso.

Lo llamo Inteligencia Vomitiva, ¿De qué nos sirve saber tanto, si al final siempre andamos hechos polvo? Buscar ayuda en los libros de autores de medio pelo, leer sobre psicología o budismo, no sirve de nada si al final decimos aquello de “La teoría ya me la sé, pero…”

Cuando veo en las redes a decenas de tahúres vendiendo cursos y talleres de autoestima, riqueza, liderazgo, pienso en que conozco a muchos de ellos y no practican esas cosas que promulgan. No ser nuestro propio falso gurú es la más digna de las tareas de la vida.

Frasaca 5: El que todo lo juzga fácil, encuentra la vida difícil.

Por algo suelo ser muy crítico con algunas maneras de vender el pensamiento positivo. La vida no es fácil, tiene tareas titánicas relacionadas con el amor y el propio compromiso con existir. Conozco personas tan golpeadas por su historia que me parece una barbaridad decirles que su sufrimiento tiene un lado positivo. Hacer una fiesta del sufrimiento de otro es una perversión diabólica y, aunque los cisnes negros son raros, existen. En las esquinas de la vida, en la penumbra del día a día, estar preparado para una invasión alienígena, es una buena manera de pasar el invierno tranquilo.

Frasaca 6: La perfección del que lucha es carecer de cólera, la perfección del que quiere vencer es no luchar.

Para luchar es vital manejar bien el estrés. La cólera y el miedo nos hacen estar rígidos y desde ahí nuestra manera de percibir el mundo entra en modo “visión de túnel”. Ese estado no nos deja ver aquello que se halla fuera de nuestro campo de percepción, reduciendo nuestras posibilidades de éxito en los conflictos. Luchar sin luchar, es el arte supremo que nos lleva a la victoria más elegante. Saber qué batallas son las convenientes y poder elegirlas, nos permite eludir aquellas en las que no nos conviene desgastarnos inútilmente. Relajarse y defenderse con una buena capacidad de esquiva, sin oponer nuestras fuerzas al contrario puede llevarnos al más espectacular de los triunfos.

Frasaca 7: Si no puedes avanzar un centímetro, retrocede un palmo.

No es raro que frente a alguna trampa de nuestro devenir nos sintamos atascados, bloqueados. Sentimos que no podemos seguir así, y cuando no podemos avanzar, es el momento de dar un paso atrás y reflexionar sobre aquello que hemos hecho para resolver el problema. Lo repetiré, aquello que hemos intentado sin éxito para superar la situación. Hay que ser capaz de transgredir la lógica para ser capaces de estudiar el problema desde otras perspectivas. Se puede luchar yendo hacia atrás, se puede superar una dificultad haciendo cosas más creativas, si sabes por qué lo estás haciendo.

Frasaca 8: No hay mayor peligro que subestimar a tu oponente.

A riesgo de ser redundante, recomiendo pensar en lo peor cuando nuestra mente no acepta pensar en positivo. Cuando intentamos tranquilizarnos sin éxito, cuando intentamos visualizar aquello que queremos, pero nos atenaza el miedo, tener en cuenta el peor escenario y enfrentarlo es un sendero florido que nos llevará a una vida sin sobresaltos.

Frasaca 9: Cuanto más lejos se va, menos se sabe.

Con el paso de los años vamos perdiendo algunas de las certezas que nos sostuvieron en la juventud, y cuanto más aprendemos sobre las cosas, suele ocurrir que menos seguros estamos. Estudiar, profundizar e investigar son actividades que nos nutren, pero la búsqueda utópica de las verdades insondables de la vida nos deja cada vez más estupefactos. Sostener la incertidumbre no tiene porqué ser negativo, ni malo, al contrario, nos estimula a vivir sabiendo que el azar nos acompaña en tanto que somos simples mortales.

Frasaca 10: El valor de un acto se juzga por su oportunidad.

No hay nada más frustrante que hacer algo para ayudar a otros o a uno mismo y ver que no hay resultados halagüeños. Cuando eso sucede, tendemos a sentir rabia o tristeza frente ese acontecimiento o persona. Si uno es crítico consigo, probablemente se cuestionará y dudará sobre lo que se ha hecho y pocas veces pondrá en tela de juicio la oportunidad de lo hecho. El timing de las personas y de las cosas es importante. Si le dices a alguien que haga algo, puede que no lo haga porque aún no es su tiempo para ello, o quizá, porque eso que hace nos molesta a nosotros y no a él. Así pues, no sólo es importante lo que queremos hacer, lo es también el cuándo lo hemos de hacer.

Frasaca 11: Si no cambias de dirección puedes acabar donde empezaste.

Tener la capacidad de dejar de hacer aquello que no funciona es el privilegio de lo que llamaríamos monarquía cognitiva. Frente a un problema, en la vida, hay que poder ser flexible. Si sólo sabemos afrontar una dificultad de una manera, nuestra visión es muy reducida. Así pues, podemos acabar como aquél mulo del cuento, que se dejaba la cabeza golpeándola contra el muro, si no andamos suficientemente finos. En mi experiencia como psicólogo observo eso demasiado a menudo siendo testigo de cómo las personas insistimos en sostener comportamientos que nos perjudican aferrándonos a extrañas lógicas y valores. Ser capaz de ir atrás, zigzaguear, saltar o bailar en lugar de simplemente caminar hacia adelante por el sendero esperado, son las capacidades que harán que la persona sea un triunfante trotamundos de la vida.

Epílogo

Han pasado cuatro décadas desde que empecé a leer a estos sabios orientales y mi vida ha dado muchos giros, a lo largo de todo este tiempo, en cada recodo del camino, estos pensamientos están ahí para asistirme. Sé que la gente está saturada de frasecillas y asertos sobre cómo vivir la vida. Todos tenemos tazas Mr. Wonderful y algunos de nosotros nos sabemos las etiquetas del Yogi Tea de memoria. Aun así, escribo este artículo. Me arriesgo, pues, a verter agua en un vaso lleno con la esperanza de que el lector disfrute y aprenda a observar todo lo blanco que hay en la vida teniendo claro que lo negro también existe.

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