PARTIDO A PARTIDO
Inspiración para chicos a través de las enseñanzas de sabios de todos los tiempos
Ser hombre no es nada fácil. Es un asunto solitario. Cuando uno es un chico de verdad, no hay psicólogo, maestro ni lectura que pueda reconfortarte. A veces, la gente que nos quiere, nos sugiere este tipo de cosas para superar las adversidades de la vida, y para muchos de nosotros, un libro de autoayuda puede ser una solución discreta.
¿Cómo voy a contarle yo esto a una psicóloga? ¿Quién puede ayudarme a mí, si no me aclaro ni yo?
Como estoy desbordado de trabajo y no puedo atender a todos los hombres que requieren ayuda, decidí compartir en mi blog algunas cuestiones en formato “autoayuda” en un experimento denominado, Autoayuda con topicazos. Es una propuesta interesante, tanto para el chico que padece en silencio, como para su entorno, que harto de darle recomendaciones, puede ver en este escrito como ofrecer asesoramiento especializado. En mis tiempos de alumno, recuerdo un profesor que me decía: “Hable para que le entiendan”. Es por ello que he acudido al fútbol, que tiene un lenguaje tan universal como la música, y que tantos eruditos ha creado.
Animado y excitado ante tamaña obra, en un alarde de rigor científico, pedí ayuda a mis amigos para que me hicieran llegar a través de las redes sociales tópicos futbolísticos de los que pude hacer una selección que encuentro representativa del género. Es ahí donde nace este post con el objetivo de llegar al corazón del hombre:
Autoayuda con topicazos para hombres de hoy día
- Fútbol es fútbol: Ningún monje Zen hubiera podido expresar tan delicadamente la idea de que la vida es lo que es. Hay cientos de historias japonesas, chinas y del sufismo Zen, pero nada comparable a la sencillez de este aserto. La vida tiene penaltis, faltas, tarjetas rojas y fueras de juego. También conlleva el orgasmo del gol y el placer de la remontada. Así pues, como simples humanos, hemos de aprender a fluir con el rio de la vida y doblegarse a su sencillas reglas.
- Queda mucha Liga: Los avatares de la existencia nos abruman en no pocas ocasiones. La vida nos azota y zarandea, somos víctimas del desamor, el desempleo, la pérdida, es cierto. Sin embargo, debemos creer en que si situamos a nuestros jugadores adecuadamente en la cancha, tarde o temprano estaremos en la parte alta de la tabla.
- El contrario también juega: En no pocas situaciones de la vida, aprender a relacionarnos eficientemente puede ser clave. No se trata de ser agradable o simpático, que también, sino apercibirnos de que en nuestro paso por este valle de lágrimas, tenemos que manejar a mercachifles, tarados, delincuentes de medio pelo y pelo entero. La gente tóxica nos espera en cualquier esquina de la vida y con la que hemos de jugar partidos trabados. Desarrollar capacidades políticas y habilidades para salir airosos de estos envites dan para muchas páginas de autoayuda y os recomiendo leer cuando menos “El arte de la guerra” de Sun Tzu para poder llegar razonablemente lejos.
- El balón no quiso entrar: Hay que saber sobrellevar la derrota con dignidad. Esa chica que nos hizo una cobra, ese Head hunter que menospreció nuestro currículum con apreciaciones indignas, esa suegra que nunca apreció tus tatuajes, nos demuestran que a pesar de un buen juego no siempre se pasa la eliminatoria. Decirse a uno mismo que “el balón no quiso entrar” resulta una tirita adecuada para los dolores del alma.
- Se juega mejor con diez que con once: Reencuadrar las mierdas de la vida y convertirlas en abono es una bendición del Señor. Saber jugar las cartas que la partida propone puede llevarnos a lo más alto. Frente a la expulsión de un jugador podemos recolocar las piezas dándoles más espacio. Sólo hemos de ser capaces de aportar un plus de energía para salir adelante con la tarea. En muchas profesiones, la crisis ha demostrado a los poderosos que los currantes pueden llegar a jugar mejor con diez que con once. Por ello, cuando alguien coge la baja, el resto del equipo suple con redoblada energía todo aquello que el ausente no cumple. De este modo, frente a estas cuestiones, cuando uno está desbordado, es grato pensar que para qué coño queremos ser once, si jugamos mejor con menos.
- Hay que creer en este equipo: Tras algunas victorias de la vida, suelen acontecer las derrotas, en ese momento conviene creer en uno mismo. Recordar las victorias pasadas, nos impulsa a volver a las rachas positivas. Es por ello, que en lugar de ponerte manos a la obra para mejorar lo que se pueda, es garantía de éxito sentarte a pensar en las veces que ganaste.
- Si tienes la pelota tú, no la tiene el otro: Tal vez, de todas las frases inspiradoras, ésta es mi preferida. En el sentido contrario al obvio, claro está. Soy un tipo retorcido. Cuando sientas gran responsabilidad, tal vez lo mejor sea cederle el esférico al prójimo para descargar ese peso en espalda ajena. Conviene tener presente esta máxima, si tienes la pelota tú no dejes que te queme. Que falle otro.
- Ir partido a partido: Si hay algo que me sorprende es la tremenda sabiduría que ocultan los sabios del fútbol. Ir partido a partido es una verdad universal. Pensar que el hombre, por definición, sólo puede hacer una cosa por vez, nos ayuda a no caer en el abismo de la angustia. Por eso las mujeres, en su capacidad de hacer varias cosas al tiempo, deberían aplicarse esta verdad abrumadora. Cuando nos sentimos ansiosos por todo aquello que hay que sacar adelante, recitar el mantra “Ir partido a partido”, nos devuelve a la serenidad.
- Gasté mi dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto lo he malgastado: No veo qué se puede añadir a la profunda frase del futbolista internacional George Best, muerto por las complicaciones derivadas de su alcoholismo en 2005. Y es que, frente al conocimiento de los genios, de sabio es no añadir ni una coma.
- Salid y disfrutad: Sirva como colofón esta maravillosa sugerencia. En los momentos de máxima zozobra, de dolor profundo, de pérdidas de seres queridos, incluso cuando nos hallamos calcinados por las pruebas de la vida, hay que mantener el espíritu. Obligarnos a disfrutar es maravilloso cuando la vida se comporta como Annibal Lecter con nosotros. Celebrar que la vida nos muerde como un lobo el corazón con gusto es el manto que todo hombre que se precie debe llevar como un verdadero John Nieve.
Esos son los retos que la buena autoayuda nos propone. Resumidos en estas diez leyes fundamentales que todo desgraciado, hasta ese momento, debe saber hacer suyas. Funcionan, hay que creer en ello, so pena de ser visto por los demás como alguien frágil y/o pusilánime. Los hombres no lloramos. Los hombres cabalgamos por los páramos del desierto, llenos de sudor y polvo, saboreando el elixir de estas perlas de sabiduría brindadas por sabios de todos los tiempos.
Postdatas:
- Es naturalmente sabido que considero que el género de la autoayuda es un asunto muy manido. Dejando de lado la cuestión de que si alguien escribe algo que es considerado autoayuda y te ayuda, deja de ser auto para tratarse de una ayuda externa. Eso es un tema que me resulta profundamente paradójico y al que no he dejado de referirme a menudo en los últimos tiempos.
- A riesgo de parecer heteropatriarcal, este post suministra anticuerpos necesarios para prevenir tal patología, siguiendo la máxima “Similia similibus curantur”.
Fantàstic Victor!! Per fi li trobo sentit al futbol… Tot i que Cruyff ja em va fer pensar en el seu moment: «Juega como si nunca pudieses cometer un error, pero no te sorprendas cuando lo hagas.»
Gràcies! El Johan Cruyff és una font creativa de primer nivell, Sònia. Un home genial en lo seu
Me quedo con alguno de ellos, cuando trabajamos con adoelscentes no siempre es facil llegar a conectar, así que con tu permiso, te copiaré alguna idea!
Espectacular com sempre Victor!
Comparteixo.
Gràcies crack.
Font d’inspiració la metàfora
La meva filla juga a futbol però el llenguatge de l’article deixa a la banqueta a la meitat de la població. gasté mucho dinero en hombres que me hicieron reir, bañarme en leche de cabra y deliciosa comida, el resto lo ahorre!