Tal vez no lo creas, pero los marcianos están entre nosotros desde hace mucho tiempo. No soy un gran experto acerca de la vida en otros planetas, pero como psicólogo, tengo experiencia sobre la vida en este planeta, de tal modo que cuando acabes de leer este post no tendrás duda de que existen marcianos caminando junto a ti, en el supuesto caso de que no seas tú uno de ellos.
A diario me siento frente a personas que sufren, que lamentan las cosas que les pasan y las comparten conmigo. A menudo me cuentan sus dificultades y se sienten mal porque no pueden seguir los consejos y recomendaciones de las personas de su entorno y eso sucede porque las personas a su alrededor, cuando les aconsejan, le dan consejos raros para ellos. Por ejemplo, alguien está nervioso por la situación política y el amigo de turno le dice: “Estate tranquilo, no pasará nada”, otro bien puede tener miedo y su madre le dice: “¡No temas!”, otros por el contrario reciben el imperativo de “¡Mira el lado positivo!”. Los buenos sufrientes, en esa vicisitud, en lugar de mandar al interlocutor a la mierda se cuestionan a sí mismos: -¿Será verdad que soy un negativo, un flojo, un cagado? ¡Debo de estar muy mal, si no puedo animarme!- Eso es lo que suelen clamar.
A día de hoy, el fundamentalismo positivo imperante nos sugiere sonreír en cualquier circunstancia de la vida, dominar todas la capacidades humanas y sacar un aprendizaje de cualquier crisis. Y, por si ello fuera poco, hay que hacerlo ya.
Si eres de los que cuando estás mal, no puedes ponerte bien de inmediato cuando tu interlocutor te lo exige, si te ocurrió alguna vez que no pudiste animarte cuando estabas mal, no pudiste ser valiente cuando tenías miedo, no pudiste relajarte cuando estabas tenso, prepárate para el diagnóstico:
ERES UN MARCIANO. Has de saberlo, ERES UN MARCIANO, colega. Y no te preocupes, va a empeorar. A medida que tu malestar aumente, los “terrícolas” a tu alrededor van a seguir aconsejándote con sus mejores arengas e intenciones logrando que te colapses en una ciénaga infinita de malestar.
Cuando un terrícola aconseja a un marciano, a pesar de su buena intención, en el fondo le dice: ¡Me importa un carajo lo que te pasa! ¡Anímate tú, porque yo no lo voy a hacer!
Cuando el doliente marciano, que en su naturaleza tiene un sesgo negativo, se apercibe de que los intentos de ayuda no funcionan, se siente poco entendido, abandonado a su suerte, solo.
Cabe recordar que La segunda Ley de la Termodinámica reza que una cosa puede ir mal de muchas maneras y bien de pocas con lo que el sesgo negativo es vital para la superviviencia.
Reconocerte como marciano en esta vida es liberador, nos permite darnos cuenta de que si seguimos intentando hacer las cosas como nos dicen los terrícolas, empeoraremos. Y no es nuestra culpa. Simplemente estamos intentando resolver un problema de Marte con estrategias de la Tierra. Estamos usando una lógica inadecuada.
Al marciano le abruma el amigo vital, el cuñado ocurrente, la novia coach, etc, gente buena que le impide crecer y mejorar, enfrentar sus dificultades de manera eficiente. Los ayudadores lo hacen aconsejando, regalando al desventurado alienígena un abanico de posibilidades de abordar el tema como un simple terrícola sin tener en cuenta que éste se debate sin éxito en el lodazal.
Al terrícola bienintencionado, le diré algo: Guarda bien tu consejo, solo vale para ti.
Los consejos presuponen que el otro tiene los mismos recursos que tú, la misma historia que tú, y el mismo modelo de mundo que tú. Pero claro, si el otro fuera tú, tendría tus problemas no los de él. Nunca lo diremos lo suficientemente claro.
Tampoco el hecho de que compartamos un avatar de la vida, o un síntoma, nos garantiza la capacidad de ser de ayuda puesto que las personas somos felices e infelices, cada una a su manera.
Así pues, me invade la misión de ayudar al afligido. Como psicoterapeuta, en este post me propongo orientar al buen marciano, reconocerle su derecho a marcianear y, al mismo tiempo, tirar adelante dignamente con su vida. Por eso, ahí os mando algunos tips para salir airosos de la madre de todas las batallas, la existencia.
REGLAS PARA SOBREVIVIR EN LA TIERRA (Sólo para marcis)
En el presente decálogo se establecen las bases para una vida más descansada. No es malo ser marciano ni convivir con uno. La cuestión es dejar de pretender ser un terrícola forzado. Mira bien a tu alrededor, esto está lleno de marcianos ¡Y yo con estos pelos!
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¿Y si los marcianos son los demás? Estar para el arrastre es bueno si sabes qué hacer con ello y qué hacer para superarlo. Recordemos que las e-mociones positivas se parecen mucho entre sí, en cambio las negativas se diferencian claramente para que podamos canalizar la energía apropiadamente para superarlas…
Marciano es quien no sabe esto, o mejor quien no quiere saberlo. O tal vez sólo sean burros (con respeto a los burros, claroestá)
Encántame a metáfora. Moi creativa. Noraboa.